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ACTIVIDAD 16. EL MONSTRUO DE LA INFLACIÓN EN 2022

En primer lugar, vamos a ver el siguiente vídeo



Lee el siguiente fragmento de una noticia publicada por el periódico El País y responde:

 

La temporada de verano, cuando los consumidores usan sus ahorros para gastar en vacaciones, y bares, restaurantes y hoteles tienen una alta demanda porque llegan oleadas de clientes nacionales y extranjeros dispuestos a tirar de billetera, no parecía el periodo más propicio para ver una moderación de los precios. Y la estadística así lo ha confirmado. En julio, la inflación subió un 10,8% frente al mismo mes del año pasado, según el dato preliminar publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es la tasa más alta de los últimos 38 años, desde septiembre de 1984, y supera el 10,2% registrado en junio.

El organismo achaca el ascenso a la escalada de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, así como de la electricidad (que en julio de 2021, el mes con el que se hace la comparación, había bajado). También al vestido y al calzado, cuyos precios se reducen menos que el año pasado. Y explica que ni siquiera la caída del precio de los carburantes, que en julio ha ido rebajándose semana a semana —ya es más barato repostar que antes de la bonificación de 20 céntimos aprobada por el Gobierno—, ha sido suficiente para compensar el encarecimiento de otras partidas. La inflación subyacente ―muy seguida por los expertos debido a que no incluye energía y alimentos frescos, los elementos más volátiles, lo cual da pistas sobre su persistencia― aumenta en seis décimas, hasta el 6,1%, y deja entrever que su propagación es un hecho.

La evolución de la inflación depende de factores que exceden el ámbito doméstico. Es resultado de las múltiples fuerzas en tensión que tiran de la cuerda desde extremos opuestos en los mercados internacionales. Por un lado, hacia la moderación de los precios empujan el temor a una recesión —ya materializada en Estados Unidos—, azuzado por las subidas de tipos de interés de los bancos centrales. Un parón de la economía dañaría la demanda, una perspectiva que ha hecho recular en julio lo que se paga por el barril de petróleo, todavía en el entorno de los 100 dólares, niveles históricamente muy altos, y ha desinflado la cotización de metales como el acero, el aluminio o el cobre. También tira hacia abajo de la inflación el posible enfriamiento del sector inmobiliario en China, en problemas desde la crisis de Evergrande.

Por el otro, la vertiente energética de la guerra en Ucrania sigue siendo la principal causante de la alta inflación, y un sumidero por el que se pierden ingentes recursos de los europeos. La reducción del suministro de gas a la UE a través del gasoducto Nord Stream 1 por parte de Rusia ha llevado al precio del gas natural a acariciar su máximo histórico esta semana, lo cual implica una mayor transferencia de riqueza desde los países que necesitan ese combustible, esencial para la industria y la generación de electricidad, hacia los que lo producen. La evolución del mercado de divisas tampoco ayuda: el euro cotizó este mes por debajo del dólar por primera vez en 20 años, y aún ronda la paridad. Como el billete verde es el utilizado para adquirir la energía, eso quiere decir que hay que desembolsar más euros por obtener la misma cantidad, lo cual alienta la inflación. Además, a falta de conocer el desglose de datos de julio, los paquetes turísticos nacionales y los hoteles estuvieron entre los que más subieron en junio, y la tendencia podría continuar.

 


Tras leer dicha noticia, explica qué causas han provocado esta inflación en nuestro país, indicando si estamos ante una inflación de demanda o de costes, justificando tu respuesta y mencionando los efectos que tiene que el país se encuentre en inflación.

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