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5. El autocontrol de las emociones

 Una historia famosa de autocontrol emocional es la del legendario filósofo griego Sócrates. En una ocasión, un hombre se acercó a él y comenzó a insultarlo y a provocarlos. El hombre esperaba que Sócrates se enfadara y se dejara llevar por la ira, pero Sócrates se mantuvo calmado en todo momento. Cuando el hombre finalmente se retiró, alguien le preguntó a Sócrates por qué no había reaccionado ante los insultos. Sócrates respondió que si alguien le regalara un caballo y él no lo quisiera, ¿debería aceptarlo? Por supuesto que no, respondió la persona. "De la misma manera", dijo Sócrates, "si alguien me ofrece un regalo que no quiero, como los insultos de ese hombre, ¿por qué debería aceptarlos?

La primera de las habilidades emocionales consistía en poder detectar nuestras propias emociones. Pero una que las hemos detectado, llega el momento de decidir qué hacemos con esas emociones.


El AUTOCONTROL es la capacidad de controlar nuestras emociones de manera adecuada, incluso en situaciones estresantes o difíciles, lo que nos permite elegir cómo reaccionar ante ellas de manera apropiada.


Debe quedar claro que el objetivo del autocontrol emocional no es eliminar las emociones, sino el equilibrio, ya que todo sentimiento tiene su valor y su significado. Por ejemplo, sentir miedo en un momento dado no es algo negativo, ya que esa emoción nos está avisando de que podemos necesitar protegernos de algo. Pero una vez que sentimos esa emoción, no podemos dejarnos dominar por ella, ya que eso nos podría llevar a tomar decisiones impulsivas y no reflexivas que tengan consecuencias negativas.

Por tanto, con el autocontrol buscamos un equilibrio. Un intento de eliminar por completo las emociones nos llevaría a una apatía total, pero un descontrol de las mismas nos podría hacer reaccionar de manera exagerada o inapropiada. 

Con el autocontrol queremos evitar que las emociones negativas sean demasiado intensas o se prolonguen demasiado en el tiempo. No se trata, por tanto, de tener solo emociones positivas y ser feliz todo el tiempo, sino de ser consciente de cuando tenemos un sentimiento negativo y evitar que desplace por completo a los sentimientos positivos.

Como ya hemos visto, nos podemos evitar tener emociones, ni controlar cuando estas ocurrirán, pero sobre lo que si tenemos control es sobre el tiempo que esa emoción permanece y cómo actuamos ante ella.


¿Qué ocurre si no tenemos autocontrol?


Como hemos dicho, nos puede llevar a tomar decisiones exageradas o poco apropiadas que tengan consecuencias negativas. Si nos centramos en las tres emociones negativas (tristeza, miedo e ira) vemos como un descontrol prolongado

de las mismas puede, en situaciones extremas, llevar a situaciones de depresión, ansiedad o una furia descontrolada.

A continuación, nos centraremos en aprender a controlar las emociones que llevan a sentimientos negativos muy comunes en todos nosotros:

· · El control del enfado nos permitirá evitar que tengamos ataques de ira o de furia descontrolada que nos pueden hacer cosas que no deseamos.

· · El control de la preocupación (por ejemplo, con los exámenes) que nos puede llevar a una ansiedad que nos paralice y no nos deje actuar.

· · El control de la tristeza prolongada ya que esta se puede convertir en una depresión que acabe por robarnos la esperanza y la alegría.


Empezaremos viendo el control del enfado




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