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6. ¿Cómo mejorar nuestra habilidad de hablar en público?

 Era el año 2015 e impartía una materia llamada “proyecto integrado”. El primer día les expliqué a los alumnos aquello a lo que dedicaríamos el curso. Las caras se volvieron todas más blancas que un miembro de la familia Adams vistiendo la camiseta del Real Madrid. Ese curso lo emplearíamos aprender a hablar en público. El pánico se apoderó de la sala.

La mayoría de los alumnos sienten nervios o incluso miedo a la hora de hacer presentaciones en clase. No te preocupes, más del 80% de la población reconoce tener pánico a hablar ante grandes concentraciones de gente, así que, no estás solo. 


Sin embargo, la capacidad de hablar en público, también llamado oratoria, es una de las habilidades a las que las empresas están dando cada vez más importancia.

• ¿Cómo mejorar nuestra habilidad de hablar en público?

1. Aceptar que los nervios son normales. Muchas personas se ponen nerviosas a la hora de hablar en público, y es normal que nosotros también lo estemos. Como vimos en el tema pasado, podemos preguntarnos ¿qué es lo peor que puede pasar cuando salgamos a hablar en público? Recuerdo que en 2015 les hice esta pregunta a los alumnos y una chica me contestó de manera totalmente alterada – “¡Profe, podría morir!” La verdad que la respuesta fue genial y nos echamos unas buenas risas. Pero no es cierto, lo peor que puede ocurrir es que pasemos 5 minutos malos y ya está. Luego saldrán otros compañeros algunos lo harán peor y otros mejor y todos aprenderemos algo (por eso venimos ¿no?). 

2. Prepara la presentación.  La mayoría de problemas en las exposiciones vienen de no preparar lo suficiente la presentación. Una buena estrategia es organizar los apartados que queremos contar. Así, una estructura muy utilizada es:

- Introducción. Dedicamos esta parte a explicar de qué vamos a hablar.  Una introducción potente es fundamental para así captar la atención del público. Podemos empezar con alguna frase impactante, o alguna estadística demoledora. También podemos abrir con alguna pregunta, con una historia o incluso con un juego.

- Contexto. Se trata de explicar por qué es tan importante de lo que voy a hablar.

- Ideas principales. Una vez explicado el qué y el por qué, pasamos a desarrollar todas las ideas principales. Además, a lo largo de la presentación puede ser útil contar una historia o utilizar el humor (sin pasarse) ya que esto capta la atención.

- Conclusiones. Siempre hay que cerrar la presentación y si lo hacemos fuerte mejor, porque así el público se va con buen sabor de boca. No te límites a hacer un resumen, cierra indicando la influencia de lo que acabar de contar.  Si empezamos con una pregunta, podemos ahora cerrar el círculo y acabar con la respuesta. También podemos acabar con una pregunta controvertida, un eslogan pegadizo etc. 

Como has podido ver, es importante tener un buen inicio y un buen final. 

3. No hagas la presentación demasiado larga. Seguro que se te vienen a la mente clases de algunos profesores que se te han hecho interminables. El exceso de información impide captar las principales ideas. 

Preparar bien la presentación es tu mejor aliado. Te darás cuenta que cuanto mejor la prepares, podrás explicar lo mismo en menos tiempo. Como dice la irónica frase:

Si hubiera tenido más tiempo, lo habría explicado en menos palabras.”

4. Mantén tu ego a raya. Mientras que hay algunos que tienen miedo a la hora de hablar en público, otros están motivados de más. Muchos se cofunden y creen que hablar en público es una manera de engordar su ego, haciendo que la presentación gire en torno a ellos. No olvides que hablar en público consiste es transmitir algo valioso a quienes escuchan. El principal síntoma de que tu presentación ha ido mal es que tú seas la persona más encantada de escucharte.

5. Manejo de la comunicación verbal y no verbal. Aunque el dominio de la comunicación verbal y no verbal es muy extenso, podemos dar algunos consejos: 

-  Evita el uso de muletillas. Un error muy común es rellenar el final de las frases con ese incómodo "éééééé" o preguntas del tipo “¿ok?”, “¿vale?”, etc. 

- No uses un lenguaje rebuscado o demasiado formal. Usa mensajes claros y directos.

- Varía la velocidad, el tono y el volumen de la voz. Este consejo es clave cuando queremos remarcar algo importante. Así, si bien tenemos que tener un buen ritmo a la hora de hablar, cuando queremos decir algo importante podemos bajarlo un poco para enfatizar. Incluso, podemos hacer una pausa de 3 o 4 segundos. El silencio permite llamar la atención y crear expectación en el público. En este caso, lo puedes utilizar antes de responder una pregunta, antes de seguir con una parte importante del discurso o antes de dar una importante información.

- Utiliza el lenguaje corporal. Es importante mantener el contacto visual con el público, pero ¿cómo lo hago si son muchos? 

Una buena táctica es estar de 3 a 5 segundos mirando a una persona y entonces pasar a la siguiente (estrategia del faro). También es importante el uso de las manos, no hay que tenerlas totalmente rígidas, pero tampoco hay que pasarse con el movimiento

6. Usa diapositivas, pero con pocas palabras. Las diapositivas pueden ser un apoyo para captar la atención, pero nunca para desviarla. Si pones una diapositiva llena de texto, el público se pondrá a leer y no te escuchará. Obviamente, tampoco podemos estar leyendo toda la presentación, lo que da una imagen de tener poco dominado el tema. Un consejo es que ninguna de tus diapositivas tenga más de 30 palabras y lo demás sean imágenes o gráficos.

7. Ensaya, ensaya y ensaya. El secreto para perder los nervios es ensayar una y otra vez. A solas, delante de amigos, delante de familiares. Cuantas más personas diferentes mejor. 



A continuación, hablaremos de la asertividad y la manera de mejorarla.

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