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4. El autoconocimiento de las emociones

Un día una de mis mejores alumnas tenía problemas con sus compañeros de trabajo en equipo. Me acerqué sigilosamente y percibí que se molestaba por el más mínimo detalle con el que no estaba de acuerdo con los compañeros, que empezaban a cansarse de sus quejas. Cuando acabó la clase me acerqué a ella y le pregunté qué le pasaba. Cuando me dijo que nada le insistí. “Clara, tú no eres así, ¿te ha pasado algo fuera del instituto?”. En ese momento Clara rompió a llorar, y me admitió que el día anterior había tenido una discusión muy grave con su madre, por lo que se sentía muy frustrada. Sin saberlo, Clara estaba pagando su frustración con sus compañeros. Al ser consciente que el problema no eran ellos, volvió a ser la compañera amable que siempre había sido.

En un principio podríamos pensar que nuestras emociones y sentimientos son muy obvios y siempre somos conscientes de ellos. Pero si reflexionamos un poco más sobre ello, veremos que en muchas ocasiones no éramos totalmente conscientes, o nos hemos dado cuenta demasiado tarde. Darse cuenta de las propias emociones y sentimientos en el mismo momento en que estos tienen lugar constituye la piedra angular de la inteligencia emocional, ya que sobre esta habilidad podremos desarrollar todas las demás.

Ser conscientes de nuestras emociones, es decir el autoconocimiento, supone estar atento a dichas emociones para poder actuar de manera adecuada. Así, si soy consciente de un pensamiento o estado de ánimo negativo ese es el primer paso para poder eliminarlo.

En definitiva, podemos decir que hay tres tipos de personas:

1. LAS PERSONAS CONSCIENTE DE SUS EMOCIONES

Estas personas se dan cuenta cuando se sienten tristes, alegres, con miedo o enfadadas. Son personas con claridad emocional y muy seguras de sus posibilidades y sus límites. Son personas psicológicamente sanas que tienden a tener una visión positiva de la vida; personas que, cuando caen en un estado de ánimo negativo, no le dan vueltas obsesivamente y, en consecuencia, no tardan en salir de él. Su atención les ayuda a controlar sus emociones.

2. LAS PERSONAS ATRAPADAS EN SUS EMOCIONES

Son personas que suelen sentirse desbordadas por sus emociones y que son incapaces de escapar de ellas, como si fueran esclavos de sus sentimientos. Son personas que se sienten sobrepasados y perdidos en las emociones y, en consecuencia, sienten que no pueden controlar su vida emocional y no tratan de escapar de los estados de ánimo negativos.

3. LAS PERSONAS QUE ACEPTAN RESIGNADAMENTE SUS EMOCIONES

Son personas que, si bien suelen percibir con claridad lo que están sintiendo, también tienden a aceptar pasivamente sus estados de ánimo y, por ello mismo, no suelen tratar de cambiarlos.


Es importante expresar los sentimientos. «Cuando puedas poner palabras a lo que sientes te apropiarás de ello».

Los sentimientos tienen un papel clave dentro de las muchísimas decisiones que hay que tomar cada día. Es cierto que los sentimientos muy intensos pueden dificultar el razonamiento, pero la falta de conciencia de los sentimientos puede ser absolutamente desastrosa, especialmente en aquellos casos en los que tenemos tomar decisiones de las que depende nuestro futuro. Conocer nuestros sentimientos es clave para elegir pareja, escoger qué estudios realizar o decidir que casa comprarnos.

Retomemos, el ejemplo de la alumna del inicio que tuvo una discusión desagradable con su madre y que luego estuvo irritable durante muchas horas, sintiéndose molesta por los más mínimos detalles. La alumna podría ser completamente inconsciente de su susceptibilidad y sorprenderse mucho si alguien le llama la atención sobre ello. Pero una vez que la alumna toma conciencia, puede ver las cosas de un modo nuevo, decidir dejar a un lado los sentimientos que experimento aquel día y transformar así su visión y su estado de ánimo. 

Así́ es como el autoconomiento emocional conduce a la siguiente habilidad de la inteligencia emocional: la capacidad de deshacerse de los estados de ánimo negativos.  


Pasamos a ver el autocontrol de las emociones



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