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4.2. ¿Qué es la deuda pública?

Vídeo explicativo. La deuda pública



Cuando en el año 2011 comenzó el gobierno de Mariano Rajoy, su partido político indicó que reducir el alarmante déficit público era el objetivo número uno. Esto sorprendió a algunos, ya que España se encontraba con alrededor de 6 millones de desempleados. ¿Por qué era tan importante el déficit público? En general, porque el déficit público nos lleva a la deuda pública, y esta tiene efectos muy negativos.

Si una familia tiene unos gastos mayores que sus ingresos, tendrá que pedir prestado. El Estado hace lo mismo. La opción más normal cuando tenemos unos gastos mayores que los ingresos es que el Estado pida prestado comprometiéndose a devolver esta cantidad más unos intereses en un periodo determinado.

¿Qué es la deuda pública?


La deuda pública es la cantidad total de dinero que debe un Estado, consecuencia de haber tenido déficit público un año tras otro y tener que pedir prestado.


Problemas con la deuda pública


La deuda pública presenta el problema de la gran cantidad de intereses que se deben pagar por ella. Así, cuando se produce un déficit público por un gran aumento de los gastos y nos endeudamos, estamos provocando que en un futuro tengamos unos mayores gastos (al tener que pagar intereses) y que tengamos que seguir endeudándonos y así sucesivamente. Esto hace que no podamos gastar dinero en lo que desearíamosPor ejemplo, en 2017 tuvimos que pagar más de 30.000 millones de euros en intereses. Ese dinero lo podríamos haber aprovechado en mejora nuestra sanidad o educación.

Si cada vez tenemos que devolver más dinero no podemos dedicar nuestro gasto público a sanidad, educación u otros servicios, sino que tendremos que pagar intereses.

Diferencias entre deuda pública y déficit público


No hay que confundir la deuda pública con el déficit público. El déficit público dijimos que era cuando los gastos públicos de un año son mayores que los ingresos públicos. Así, cuando hablamos de déficit público, tenemos que aclarar el año del que hablamos. En 2022 el déficit público de España ha sido de de más de 82.000 millones. Decimos que se suele comparar con el PIB (el valor de todo lo producido en un año). Estos más de 82.000 millones equivalen al al 6,84% del PIB. Cuando tenemos déficit público solemos recurrir a pedir prestado, es decir a deuda pública.

La deuda pública sin embargo va a ser todo el dinero que hemos pedido prestado en los últimos años, más los intereses que tenemos que devolver. Por tanto, si tenemos déficit público vamos acumulando deuda pública.

Podemos ver la diferencia como si fuera un grifo que llena una bañera. El déficit público sería el grifo abierto. Como hemos gastado más dinero del que ingresamos, tenemos que pedir prestado. Cada año que tenemos déficit pedimos prestado y abrimos el grifo. Todo ese dinero se acumula en la bañera, que es la totalidad de lo que tenemos que devolver, es decir, la deuda pública. ¿Y alguna vez la bañera se vacía? Claro, pero para ello es necesario que paguemos la deuda. Cuando pagamos la deuda la bañera se vacía.



Debido a los enormes déficits que hemos tenido los últimos años, hemos tenido que pedir mucho prestado. En 2022 la deuda es más de 118% del PIB, lo que equivale a 1,4 BILLONES de euros que España tiene que devolver.




¿Es justo que tengamos que pagar la deuda del pasado? ¿y que hagamos a generaciones futuras pagar la deuda presente?


En principio podríamos pensar que no, aunque es cierto que nosotros nos aprovechamos de muchos gastos del pasado. Por ejemplo, si piensas en nuestra ciudad, podemos disfrutar de parques, pabellones de deportes, alumbrado público etc, gracias a esfuerzos que hicieron nuestros antepasados, que decidieron gastar el dinero ahí en lugar de disfrutar de otras cosas. De la misma manera, el gasto de hacer un metro o arreglar una ciudad lleva años de sacrificios que disfrutarán nuestros descendientes. A esto se conoce como LA REGLA DE ORO DE LA HACIENDA.

Como casi siempre, la clave no es “deuda sí o deuda no”, sino “cuánta deuda”. Está bien una cierta cantidad de deuda, que permita hacer buenas inversiones al país, como carreteras o aeropuertos de los que se beneficiarían las siguientes generaciones. Pero hemos visto que una deuda excesiva puede llevar a una situación que perjudique mucho en años siguientes, obligando a devolver una gran cantidad de dinero e impidiendo así gastar dinero en otras cosas más necesarias.



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